Una nueva caravana de migrantes de más de 4000 personas avanza con paso lento pero seguro. Son centroamericanos en busca de mejor futuro
Una creciente caravana de migrantes llenó la plaza de la ciudad mexicana de Villa Comaltitlan, en el estado de Chiapas, el miércoles por la tarde después de atravesar otras 13 millas en su recorrido por el sur de México.
Se cree que la caravana de migrantes comenzó cuando unas 2.000 personas salieron de la ciudad sureña de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, el sábado. Si bien es difícil contar la multitud, parecía significativamente más grande cuando salió de Huixtla después de un día de descanso. Sus líderes estimaron su tamaño actual en 4.000. Llegó a la localidad de Villa Comaltitlán el miércoles.
“La caravana es como un imán, va chupando gente, se van sumando migrantes que habían estado en los pueblos (de la costa de Chiapas)”, dijo Irineo Mújica, activista migratorio de la organización Gente sin Fronteras.
Uno de ellos fue Bayron Zavala, un migrante nicaragüense, quien al enterarse de que la caravana avanzaba lentamente, se subió a una bicicleta y los alcanzó en Huixtla. Dijo que caminaría con ellos “hasta donde Dios nos dé la fuerza… si es posible, continuará hasta la frontera de México y Estados Unidos”.
El Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, afirmó que los migrantes deben ser conscientes y que “es muy difícil que los dejen entrar a Estados Unidos” y que puede haber graves incidentes como ocurrió con los migrantes haitianos. Pero no todos se dirigen hacia allí.
Sin ningún problema, los migrantes pasaron por un puesto de control de aduanas, inmigración y militar donde las autoridades generalmente confiscan drogas y buscan traficantes de personas.
La caravana de migrantes más grande desde que empezó la pandemia
Aunque esta caravana de migrantes todavía es significativamente más pequeña que las de 2018 y 2019, se trata del grupo más grande que se mueve por el sur de México desde que comenzó la pandemia a principios del año pasado. En enero, otra caravana de migrantes salió de Honduras, pero las autoridades de Guatemala la disolvieron.
Otros grupos que han abandonado Tapachula este año se cuentan por cientos. Todos fueron disueltos por las autoridades mexicanas, a veces con excesiva fuerza. Esos grupos estaban compuestos principalmente por inmigrantes haitianos.
La Guardia Nacional no intervino desde que intentó mantener a los migrantes fuera de Tapachula el sábado. Hubo refriegas y un niño resultó herido.
Ebrard dijo el lunes que el gobierno mexicano actuará “con prudencia”, respetando la ley y los derechos humanos pero advierte que es muy difícil que a los migrantes los dejen entrar a Estados Unidos.
Con el apoyo de ese país, México ha desplegado miles de soldados, policías y agentes de inmigración en el sur y en los últimos años ningún grupo grande ha salido de los estados fronterizos con Guatemala.
Muchos se dirigen a Estados Unidos pero no todos
Cristina Romero quiere llegar a Estados Unidos para buscar tratamiento para su hijo de 12 años que sufre un retraso en el desarrollo. Como ella, hay miles de familias enteras que se unieron a la caravana para buscar un mejor futuro para sus hijos pequeños.
Romero había solicitado asilo en México, pero después de esperar cuatro meses la respuesta fue negativa. “Me dijeron que podía apelar el caso, pero que podría salir igual”, dijo. “Entonces me enteré de esta caravana de migrantes y me dispuse a venir”.
Sin embargo, el objetivo no es Estados Unidos para todos. Muchos buscan llegar tan solo a las ciudades del norte de México e instalarse allí con sus familias. Esto se debe a que las oportunidades de empleo allí parecieran ser más altas que en el sur del país.
Como consecuencia, México ha visto dispararse el número de solicitudes de asilo en los últimos años. Hasta septiembre, había recibido 90.000 solicitudes.
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